Creo en la verdad, en la belleza y en la libertad, pero sobre todo creo en el amor . . .

viernes, marzo 25, 2005

Crisis religiosa

Ha llegado el momento en que debo sacar esto de mi interior, no puedo más y es que desde hace algunos meses he venido arrastrando con una, cómo llamarlo? terrible crisis de identidad religiosa o simplemente desorden en cuánto a mis creencias? no logro distinguir qué sería más apropiado.

Me digo a mi misma ‘católica’ por nacimiento, por tradición familiar claro, y no tanto por convicción (mucho menos ahora que he alcanzado los 20 añitos de vida y he tenido tiempo y algunos conocimientos más para reflexionar acerca de mi situación religiosa).

Hija de un doctor que ve todo lo que lo rodea con la más científica de las ópticas y que se confiesa ateo y de una madre que profesa dignamente su religión, asistiendo a misa cada domingo y tratando de llevar una vida de acuerdo a sus creencias, así crecí yo. Me bautizaron como a la mayoría de los bebés, sin esperar a que creciera y preguntar siquiera si yo quería ser bautizada, si quería unirme a ese enorme rebaño comandado por la Iglesia. Siendo niña me ‘sugirieron’ asistir a catecismo e hice mi primera comunión siendo ya toda una adolescente, ya que duraba solo unas cuantas semanas en la doctrina y me salía, volvía a entrar y me volvía a salir, desde aquella época cuestionaba ya el sentido a todo aquel ritual, y cuando decidí terminar el catecismo fue porque estaba yo en una época en que todas mis amigas realizarían su primera comunión y debo confesar: fui arrastrada en esa gran ola, me deje llevar sin reflexionarlo mucho.

Ahora que he crecido y conocido diferentes y variadas ideas en lo que respecto a religión se refiere tengo mis dudas. Creo en ese poder individual y colectivo que llaman Fe, para mi es el poder de la mente y el corazón unidos en algo que realmente deseamos o creemos, y existe en todas y cada una de la religiones del mundo, existe en las personas, en las acciones, en los trabajos y en todo lugar. Creo en Dios, en mi Dios, un Dios que es luz y sabiduría, conocimiento y tranquilidad, armonía y paz, un ser superior tan grande como todo lo existente y tan magnifico como la vida misma, un Dios que podemos encontrar en todo aquello que nos rodea y en lo profundo de nuestro interior, un Dios que no castiga. Creo, como lo señala la historia, en la existencia de un personaje llamado Jesús, un gran hombre que revolucionó su época y ha trascendido hasta la nuestra, digno de admiración y respeto, no tanto por ser el hijo de Dios como predica la Iglesia, sino por su gigantesca calidad humana. Y creo que ahí detengo mi lista, con respecto a la Virgen María, Virgen de Guadalupe o Virgen del Carmen, todas ellas adaptación regional de la madre de Jesús, tengo ciertas dudas. En Santos ni qué decir, creo que han sido personas en verdad admirables, creo que existen personas realmente buenas, pero tanto así como encomendarme a ellos y creer que reinan en los cielos velando por nuestro destino, tengo mis dudas.

Y por último y como cereza del pastel: la Iglesia, esa institución que debo confesar, a mi criterio es digna de admiración, siii, no estoy bromeando, en verdad, es digna de admiración la forma en que ha perdurado por cientos y cientos de años, fuerte como una roca, inquebrantable a costa de silencios, vidas y atrocidades. Cualquier otra institución daría lo que fuese por perdurar tanto tiempo como lo ha hecho ella y por aprehender tantas mentes como lo ha hecho ella. Pero vamos, no devalúo la gracia de unir a tantísimas personas y pregonar por el bien de la humanidad. Lo que sí me provoca nauseas es su hipocresía, sus contradicciones y su retrograda sentido del bien o el mal. Cómo es posible que predique desprendernos de los bienes materiales cuando el Vaticano mismo esta hecho de oro, cómo es posible que condene el uso de los preservativos por decir que atentan contra la vida, si lo que hacen es evitar enfermedades; es verdad atentan contra la vida, pero la vida indigna, aquella vida a la que llegarían muchísimas criaturas inocentes que no gozarían de una vida plena, cómo es posible que albergue entre sus filas personas tan enfermas y depravadas que llegan a abusar de niños (no podemos pasar por alto todos los casos de pederastia que han ocurrido y han quedado impunes por la protección que da la Iglesia a esos ‘padres’ y ‘sacerdotes’).

Y así podría seguir por horas enunciando otros tantos crímenes y absurdas contradicciones pero la verdad es que se me revuelve el estomago, y cómo no voy a tener yo una terrible crisis en cuanto a mi identidad religiosa? Cómo no confundirse con todo esto? Creo que seguiré como hasta ahora, tratando de ser yo misma una mejor persona de acuerdo a las leyes no de una Iglesia sino a las leyes del corazón, de la conciencia, de la humanidad, aquello que todas y cada una de las personas conocemos como lo que está bien; y encomendándome a mi Dios, aquel que no se encuentra sentado en un trono de oro y marfil velando en las alturas y esperando el día del juicio final para castigarnos o permitirnos la entrada a su reino, sino aquel que reina en el interior de cada uno de nosotros, en la belleza de un atardecer o en la simpleza del viento, en todo el universo. Seguiré creyendo en las energías que nos rodean, en el bien y el mal, en el amor.

NOTA: Este escrito es sólo un punto de vista, una versión de la historia y un modo de vida, mi vida; espero no herir a ninguno de ustedes con mis comentarios, si lo hice, mis disculpas, lo siento mucho, sin embargo, los dejó con una frase de Voltaire: “No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé con mi vida tu derecho a expresarlo”.

3 Comments:

Blogger vitalidad said...

Dudas, dudas, eso es la fe, si no sería certeza. Discernir, sacar lo bueno y eliminar lo malo. Evolucionar, encontrar tu verdadero camino.

Yo también dudo, a un nivel más alto todavía, dudo de la existencia de Dios, soy como tu padre, terriblemente científica. Eso ha hecho que se tambalee toda la estructura. Tenía la fe de los niños, la que tienes sin explicación. A los 40 eso se derrumbó, a mí me costó más años que a ti.

Hay momentos en los que vislumbro de nuevo eso, me gustaría creer como antes. Me da rabia haber perdido mi fe. Para mí era importante. Me daba un sentido a la vida. Ahora ando dando palos de ciego y no es agradable.

14 mayo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Querida Larisa,

Eres una chica extremadamente valiosa, sigue así. Cuánto quisiera yo conocer a una mujer como tú (quien sabe, si estuviéramos en la misma ciudad ;) ).

No te preocupes en exceso por el problema de la religión, prefiero ver una religión como la tuya (donde valoras la bondad, la verdad, la belleza), a tantos problemas de la Iglesia católica que veo en España (en la actitud oficial de un gran número de obispos, con unos planteamientos demasiado de derechas).

Un abrazo. Te quiero mucho.

13 febrero, 2008

 
Anonymous Anónimo said...

¡Hola!
Me cae muy bien tu sinceridad, te encontre por accidente, sabes tambien yo amo y admiro a Dios y creo que él también se sorprende ante las debilidades de los seres humanos que a tras de esa indumentaria, esos son seres humanos normales con inclinaciones al mal, pidele a Él que es la FUENTE DE SABIDURIA, DE LA VERDAD Y DEL AMOR, te ilumine cada día para tu evitar caer en errores tan graves que te lleven hacer el mal a otros, pues todos estamos expuestos al error y errar es de humanos, lo mismo que rectificar y caminar hacia ÉL.

27 abril, 2008

 

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