Creo en la verdad, en la belleza y en la libertad, pero sobre todo creo en el amor . . .

lunes, enero 19, 2009

A una semana...

Tendí mi mano y lo busqué, no había nada… frote mis ojos aún cerrados mientras caía en cuenta de la realidad, los abrí, y tendida boca arriba dejé la mirada fija en el blanco techo de la habitación, había despertado. Era sábado, se cumplía una semana desde la última vez que le vi, recordé nuestro “hasta pronto” con nostalgia, pero poco a poco una sonrisa se fue formando en mis labios mientras mi mente se remontaba a aquel lugar.

Era una fría mañana en Salamanca, todo estaba listo para partir, me encaminaba hacía mi nueva aventura y sin embargo me encontraba un poco ausente, él estaba ahí, conmigo, tras haber pasado unos días increíbles a su lado se había llegado el momento de separarnos, salir de ese cuento que había llenado muchas páginas en tan corto e insuficiente tiempo. Di un último vistazo y no quise pensar demasiado, salí.

En el exterior un viento frío soplaba delicadamente revolviendo mis cabellos, debíamos avanzar unas cuantas calles hasta tomar el taxi que nos llevaría a la estación, el momento de partir estaba cerca y yo seguía sin querer pensar. Las calles estaban desiertas y la mayor parte del camino lo recorrimos en silencio, para mí era mejor así, prefería callar, tenía mucho y a la vez nada por decir, me limitaba a apretar su mano fuerte contra la mía, a mirarlo de reojo cada vez que creía él no me vería, a fijar su imagen en mi…

Cuando llegamos a la estación había que esperar un poco, aún me quedaban algunos minutos con él, realmente tuve que hacer un esfuerzo para tratar de no lucir contrariada por la mezcla de emociones que colmaba mi interior, él hablaba y yo le veía, tratando de poner atención a lo que decía, imposible, seguía pensando y a la vez tratando de no pensar, ni siquiera recuerdo qué fue lo que dije yo, sólo recuerdo la sensación, dicha con tristeza, una muy rara combinación.

La hora llegó, no recordaba la última vez que me costó tanto trabajo mover los pies, suspiré profundo y avancé, nos detuvimos frente al bus, tomados de la mano tratábamos de exprimir el tiempo esperando que los demás subieran primero, pero el momento llegó, apreté fuerte sus manos y me refugie en su abrazo, aspiré su aroma y sentí sus labios, el mundo se paró por completo en esos instantes y me perdí en su indescriptible sabor, con los ojos cerrados y todas mis fuerzas traté de retener esos instantes para llevarlos siempre conmigo. Le dije ‘adiós’ *

Subí dejando suspiros por el corredor, tomé asiento y triste levanté la mirada para ver como se marchaba, pero no se marchó, seguía ahí, por mi ventana, viéndome a los ojos y portando esa sonrisa que jamás olvidaré, empezó a hacerme señas y a enviarme besos marchando a la par del bus cuando este salió, sé bien cuánto odia verme triste y confieso que fue muy divertido verle tratar de hacerme sonreír, otra vez me olvidé de mundo, lo consiguió, logró dejarme la imagen no de un ‘adiós’ sino de la parte de una peli que acaba de comenzar.

Sonreí una vez más con la vista fija en el techo de aquella habitación, pero esta vez sonreí ampliamente, no había razón para estar triste, la historia en verdad comenzó…

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jo...

que escribas es uno de los bienes más preciados que tengo, me encanta, no diré ni lo bien que lo haces ni lo bien que podría estar.

simplemente volveré a decir: GRACIAS!! :D

pd. recuérdame lo que se te olvida! mua

20 enero, 2009

 
Blogger Cabeto said...

¡Hola! Después de mucho tiempo vuelvo a disfrutar leyéndote.

22 enero, 2009

 
Blogger Larissa said...

Anónimo: gracias? gracias a esa persona que me inspira a escribir, a escribir así...

Rabo de nube: Hooola! que alegría de verdad saber de ti, espero que todo te esté yendo muy bien, te mando un beso desde el Norte de un lejano país ;)

25 enero, 2009

 

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