Matanza de focas
Monstruoso, aberrante, cruel, atroz . . . vienen a mi mente tantas de estas palabras y sin embargo siento que su significado queda corto al tratar de describir lo que sucede en Canadá, lo que en los últimos días ha dado inicio oficialmente y de una manera ‘legal’ desde el punto de vista del gobierno canadiense; un atentado contra la naturaleza, contra la vida, contra la propia existencia: la matanza de focas.
Últimamente, y pesar de lo poco conveniente que resulta para el gobierno canadiense que este tema se encuentre en boca de todos, los medios de comunicación y los distintos grupos y asociaciones ecologistas a lo largo del mundo, nos han hecho saber lo que ocurre en ese país. La forma en que asesinan a estos animales no es solo espantosa, sino algo realmente inhumano; acciones en verdad vergonzosas y salvajes en un país que se jacta de ser supuestamente civilizado.
Las declaraciones de las autoridades para justificar dichos actos me parecen totalmente absurdas y con un trasfondo que sin pensarlo mucho llegamos a observar claramente, ellos afirman que el número de peces en las costas ha reducido por lo que dicen es una sobrepoblación de focas, así que su decisión es autorizar la matanza de un elevado número de estos animales, aumentándolo año tras año y encubriendo las cifras reales, que especialistas en el tema han llegado a estimar en medio millón de ejemplares en solo unos cuantos meses.
Sin embargo, es conocido que con esta excusa lo único que pretenden es encubrir otras cifras, aquellas que sostienen un mercado, y es que no es un secreto lo redituable que resulta ser el vender las pieles de estos mamíferos a distintas casas de moda en Europa o la gran demanda que existe en el mercado asiático por algunas de sus partes. Es estúpido justificar esta matanza diciendo que las focas acaban con los peces cuando en realidad la matanza es para ganar miles y miles de dólares, que desde mi punto de vista se encuentran manchados, porque se han ganado a costa de una muerte excesivamente sanguinaria.
Estos animales son golpeados hasta la muerte con un arma llamada “hakapik” que normalmente se utiliza para romper el hielo, y en muchos de los casos llegan a ser desollados cuando aún son capaces de sentir dolor, lo anterior ha sido comprobado mediante los diversos estudios que equipos de veterinarios aplican a los cadáveres de dichos animales.
Últimamente, y pesar de lo poco conveniente que resulta para el gobierno canadiense que este tema se encuentre en boca de todos, los medios de comunicación y los distintos grupos y asociaciones ecologistas a lo largo del mundo, nos han hecho saber lo que ocurre en ese país. La forma en que asesinan a estos animales no es solo espantosa, sino algo realmente inhumano; acciones en verdad vergonzosas y salvajes en un país que se jacta de ser supuestamente civilizado.
Las declaraciones de las autoridades para justificar dichos actos me parecen totalmente absurdas y con un trasfondo que sin pensarlo mucho llegamos a observar claramente, ellos afirman que el número de peces en las costas ha reducido por lo que dicen es una sobrepoblación de focas, así que su decisión es autorizar la matanza de un elevado número de estos animales, aumentándolo año tras año y encubriendo las cifras reales, que especialistas en el tema han llegado a estimar en medio millón de ejemplares en solo unos cuantos meses.
Sin embargo, es conocido que con esta excusa lo único que pretenden es encubrir otras cifras, aquellas que sostienen un mercado, y es que no es un secreto lo redituable que resulta ser el vender las pieles de estos mamíferos a distintas casas de moda en Europa o la gran demanda que existe en el mercado asiático por algunas de sus partes. Es estúpido justificar esta matanza diciendo que las focas acaban con los peces cuando en realidad la matanza es para ganar miles y miles de dólares, que desde mi punto de vista se encuentran manchados, porque se han ganado a costa de una muerte excesivamente sanguinaria.
Estos animales son golpeados hasta la muerte con un arma llamada “hakapik” que normalmente se utiliza para romper el hielo, y en muchos de los casos llegan a ser desollados cuando aún son capaces de sentir dolor, lo anterior ha sido comprobado mediante los diversos estudios que equipos de veterinarios aplican a los cadáveres de dichos animales.
Yo sé que existen muchas opiniones y divergencias en cuanto a este tema, sin embargo lo que he dicho aquí es solo un punto de vista de alguien que defiende con total convicción el derecho a la vida y que critica a aquellos que mediante argumentos débiles y contradicciones tratan de justificar hechos que mi parecer resultan injustificables.
1 Comments:
Totalmente de acuerdo!...por donde se le vea, permitir eso, con el argumento que sea, es algo vergonzoso y sorprendente viniendo de un país como Canadá...Literalmente, por un lado ellos mismos fundaron Greenpeace y por el otro lado sus gobernantes toman una decisión tan absurda como esa para beneficiar como tú lo mencionás el mercado de focas.
11 abril, 2005
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