Creo en la verdad, en la belleza y en la libertad, pero sobre todo creo en el amor . . .

viernes, agosto 07, 2009

Carta a Azul

Verano 2009
 
Querida Azul:

Esta carta la escribo para ti con enorme cariño, mucho pero mucho tiempo antes de que puedas llegar a leerla, pasaran largos años antes de que al fin la tengas en tus manos y te enteres de lo que aquí pretendo confiarte, pero sé que el momento llegará y sabrás que incluso antes de tu llegada a este mundo ya había personas que pensaban en ti y te esperaban con gran ilusión, personas que desde entonces confiaban plenamente en el maravilloso destino que te espera.

Tomé la decisión de escribirte cuando tu madre compartió conmigo la noticia de tu llegada, algo me dijo que tenía que escribirte y contarte un poco acerca de una gran mujer, una a quien yo no dejaré jamás de admirar, te preguntarás por qué quiero hablarte de ella, lee con atención y estoy segura comprenderás…

Fue en el año 2002 que la vida tuvo el acierto de cruzar nuestros caminos, éramos dos chicas de apenas 17 años cuando nos conocimos, llenas de vida, de ilusiones, de sueños, no tardamos nada en entablar una fuerte amistad y yo tardé menos aún en darme cuenta de lo valiosa que era esa chica.

Inteligencia, perseverancia y tenacidad, son las palabras que se vienen a mi mente en primera instancia cuando trato de describirla, nunca en mi vida me había topado con nadie como ella, con esas ganas de salir adelante, trabajadora como ninguna, con esa fuerza de espíritu, una luchadora incansable, con la suficiente dosis de ternura pero a la vez con la dureza que lograba mantenerla en pie a pesar de los tantos golpes de la vida.

Rápidamente y como si el tiempo no pasara nos convertimos en cómplices de aventuras inolvidables que espero de todo corazón tener algún día la ocasión de contarte. Sin embargo, como es normal el tiempo pasó y la vida nos hizo tomar caminos distintos, ella empezó a formar una vida y yo por mi parte me embarque en otra aventura, los meses pasaron pero a pesar del casi nulo contacto entre nosotras el hilo que nos une jamás se rompió y de repente un día así sin más volví a saber de ella, atravesaba una situación un tanto difícil y a mi me dolía en el alma no poder estar allí, a su lado, pero a pesar del panorama gris había algo que llegaba para salvar la situación, ‘un rayito de luz’ como me dijo ella, ‘un rayito de luz azul’ como me gusta pensar a mi, tú venias en camino, y yo no podía estar más feliz por ustedes dos.

Como podrás darte cuenta mi objetivo en este escrito es hablarte un poco acerca de tu madre a manera de empezar a contar así, algo que es también muy importante: tu llegada. Hay algo que me dice que el destino que te espera es más que especial, no sólo has llegado para iluminar la vida de la que es una gran mujer, sino segura estoy grandes cosas te esperan. Porque eres parte de alguien por demás especial, alguien que creía con una fe inquebrantable en que los sueños pueden volverse realidad, alguien que ha luchado incasablemente por poderlo demostrar, alguien que confía en que siempre hay un mundo mejor, y yo sé que ella ha logrado transmitir todos estos pensamientos hacía ti, yo sé que hay en ti la pureza que en el alma de tu madre un día conocí.

Por último quiero pedirte como un favor especial que cuides mucho de esta gran amiga mía, que pase lo que pase tengas siempre presente lo mucho que te ama y la alegría con la que recibió tu llegada, nunca olvides la luz que has traído contigo, no lo olvides jamás…

Recibe un fuerte abrazo y un cariñoso beso de alguien que a través del tiempo y probablemente la distancia ya piensa en ti, hasta siempre Azul.
 

Con cariño, Larissa