Creo en la verdad, en la belleza y en la libertad, pero sobre todo creo en el amor . . .

viernes, marzo 24, 2006

Migración

Con la mirada perdida en un punto que parece distante, las manos en los bolsillos de su pantalón gastado y una mochila al hombro, llena solamente de unas cuantas provisiones, pero eso sí, repleta de sueños, de mil esperanzas y mil ilusiones. Ellos esperan, al parecer tranquilos, la llegada de su destino.



Sabía a lo que íbamos, se trataba de una práctica de mi materia Taller de Televisión II, la grabación de un documental sobre migración; ir, recoger testimonios, grabarlos y cumplir con una tarea más, documentar un problema que ha sido ya cientos de veces documentado, ver aquello que he visto cercano solamente por la pantalla del televisor o las fotografías y reportajes de un periódico, algo que aunque afecta gravemente a nuestra sociedad me había sido totalmente ajeno, lo confieso, se trataba de eso, cumplir con una tarea y regresar a mi ‘realidad’, sin embargo, jamás imaginé que el golpe de la realidad, esa realidad que viven miles de personas día a día, sería tan duro, cambiaría algo en mi, provocaría la preocupación sobre un problema que nos concierte a todos, la necesidad de comunicarlo, la misma que me tiene escribiendo a estas horas, desahogándome y buscando una manera de hacer algo, aunque sea informar, compartir con otros esta experiencia, tratar de despertar un poco de conciencia, la misma que en mi había estado dormida.

Eran alrededor de las 10:00 AM cuando llegamos a aquel lugar, Altar, pueblo de paso en una carretera del estado de Sonora, cercano a la frontera con Estados Unidos, punto de reunión para todos aquellos que persiguen el sueño americano y de negocio para toda la mafia que trafica con personas, aquellos que muchas veces los embaucan y abandonan a su suerte en el desierto. Nos encontrábamos allí, en la antesala de una travesía que aunque augura un gran peligro, para muchos representa la única salida hacia una vida mejor, pero que por desgracia la mayoría del tiempo es sólo un espejismo, una ilusión. Altar, lugar de paso desde donde se advierte un ligero aroma a muerte.

Llegamos a la plaza del pueblo, con su pequeña iglesia al centro, rodeada de ‘casas de huéspedes’ y puestos, algunos son de comida y otros tantos están repletos de camisas, chamarras, guantes, tenis, entre otras cosas útiles para el viaje. Vemos cómo poco a poco el lugar se va llenando de cientos de personas que aguardan por el inicio de la última etapa de su travesía, sentados en las bancas y jardineras, algunos están comiendo en los puestos y otros entran a la iglesia, casi todos con la mirada perdida, esperan en silencio, segura estoy, imaginan lo que les espera, evocan lo que dejan atrás y se dan ánimo a ellos mismos.

En su mayoría hombres, son de todas las edades, sin embargo, hay también algunas mujeres, hasta ese momento no veo a ninguna familia. Mi primera tarea junto a cuatro de mis compañeros es convencer a algunos migrantes de hablarnos de su viaje frente a la cámara, o detrás de ella, por aquello del anonimato, recoger testimonios, pero debí imaginar que no sería tan fácil. Acercarnos, entablar conversación, era de por sí algo difícil, el pedirles su colaboración a cambio de nada, era casi batalla perdida. Nos veían con recelo, extraños en ese ambiente, jóvenes que a primera vista se sabe están ahí por alguna razón muy particular, totalmente diferente a la de ellos.

Se advierten en extremo reservados, no levantan la vista del suelo, tienen miedo, desconfianza, se vislumbra en sus semblantes. Frente a tantos problemas y engaños sufridos pocas son las palabras que salen de sus bocas, ellos van a lo que van, su meta: cruzar la frontera, no tienen ánimos de hablar, no necesitan hacerlo.

Después de varios minutos y tras muchos intentos fallidos, vinieron los primeros “si”, algunos migrantes aceptaron darnos sus testimonios frente a las cámaras a cambio de anonimato. La voz se había corrido, éramos simplemente un grupo de jóvenes universitarios haciendo un trabajo. En el lugar se encontraban también algunos reporteros, un corresponsal del diario español El País y dos más de una revista estadounidense.
Mientras algunos se encontraban grabando testimonios y otros se ocupaban de una recreación, un pequeño grupo de compañeros y yo, nos habíamos ganado la confianza de un par de migrantes, nos contaron que no era la primera vez que estaban ahí, tras dos intentos fallidos de cruzar la frontera, esa era la tercera vez que se arriesgarían, estaban a la espera de que llegara el hombre que los trasladaría hasta El Sásabe, de ahí se enfrentarían a una caminata de 3 días por el desierto hasta cruzar la frontera.

En eso algo llama mi atención, una señora mayor de aspecto indígena que vendía bolsas negras, bolsas que se utilizan para la basura, no pude evitar mi curiosidad y pregunté, para qué las utilizan, me contestaron que en el desierto es la única protección contra el frío, llevar mantas resulta algo pesado, deben ocupar sus manos en llevar comida y agua.

Un nudo se formó en mi garganta al escuchar las condiciones en las que viajan por un desierto donde el menor peligro lo representan los animales venenosos, una tierra tan árida que alcanza los 45 grados centígrados durante el día y por la noche temperaturas tan bajas que pueden causar la muerte por hipotermia. Ellos están concientes del peligro, pero prefieren arriesgarse a continuar viendo, según sus palabras, a sus familias morir de hambre.

Una furgoneta se estaciona en la esquina de la plaza, rápidamente se baja un hombre, otro espera al volante, abren las puertas hacia donde se encaminan varios migrantes, veo que suben, 2, 6, 8, 11, estoy perdiendo la cuenta, son más de 20 personas a bordo de la furgoneta, quienes por una camino de tercería en un viaje de hora y media se acercaran un poco más a su destino, los llevan hacía El Sásabe, donde aquellos que corren con suerte serán guiados por el “pollero” hasta la línea fronteriza en una caminata de varios días, pero donde muchos más serán abandonados a su suerte una vez que les hayan quitado hasta el ultimo centavo.

A lo largo del día fueron muchas las historias narradas, gente que viene principalmente del sur del país, incluso de otros países como El Salvador, Honduras, Belice y Guatemala, pero quienes dicen venir de estados como Oaxaca por temor a ser deportados una vez que han llegado tan lejos, personas que en su trayecto viven las peores injusticias y a quienes aún espera un futuro peligroso e incierto.

Seguimos escuchando historias y el corazón se me encoje cada vez más, mil preguntas vienen a mi mente, pensar en esas personas, en la falta de empleo y oportunidades, en el gobierno, en los traficantes de personas e incluso de drogas que han encontrado en ese sitio el lugar perfecto para sus operaciones. Es inhumano, es una realidad.

Veo una familia, tres hombres, dos mujeres, dos pequeñas de aproximadamente 4 y 2 años, intentaran cruzar esta noche, pero no quieren hablar. Otra familia ha llegado, no lo puedo creer, una bebé de apenas tres meses en brazos de su madre, junto a dos niños más, no lo podemos evitar, una de mis amigas y yo nos dirigimos hacia ellos, intentamos conversar, la madre, una mujer indígena de escasos 20 años se muestra abierta, sonriente, inundada de ilusiones y esperanzas, le preguntamos si no le parece demasiado arriesgado, dice que no, que ya todo está arreglado, no se necesita demasiada astucia, inmediatamente nos damos cuenta que sus ojos están completamente vendados, qué hacer, a pesar de las advertencias no cambiará su parecer, no podemos hacer nada, sólo desearles suerte.

Otras furgonetas llegan y se van, cientos de personas intentaran cruzar este día, algunos lograran su objetivo, pero quizás no llegarán muy lejos, la vigilancia estadounidense no se los permitirá, otros tantos se quedaran en el camino formando parte del desierto, simbolizados en forma de cruz, convirtiéndose en una estadística más, mientras muchos otros seguirán arribando días tras día con la esperanza de cruzar.

A medida que la tarde llegó, la plaza se fue quedando vacía, un día más en ese pueblo de paso, las personas que habíamos visto por la mañana seguramente se encontraban ahora a mitad del desierto, en medio de la nada, no pude evitar pensar en la bebé, su familia lo lograría? cuál sería su suerte? no lo sé, jamás lo sabré. Sólo unos cuantos se quedaran a dormir en la plaza, otros se irán a los alojamientos y unos cuantos más a la casa del migrante, donde atienden a aquellos que han quedado sin nada más que las ganas de conseguir su sueño.

Nosotros regresamos a la ciudad, a nuestras vidas, yo me quedo pensando en todo lo que vi ese día, las ideas se me atropellan, es un torbellino el que hay ahora en mi cabeza, mezcla de sentimientos, impotencia, tristeza, enojo, indignación, rabia, nauseas… necesito descansar, y me siento egoísta porque cuando lo pienso me pregunto: “y ellos? todas esas personas”, acaso no necesitaran descansar, descansar de las injusticias, del sufrimiento, me siento tan pequeña, ya ni siquiera puedo pensar, sentada en el camión cierro los ojos, el mundo esta mal, “no” dice la voz en mi cabeza, somos nosotros quienes estamos mal, se trata de la humanidad.

13 Comments:

Blogger Unknown said...

Y lo peor de todo son las soluciones falsas que se plantean a este problema. No hay varita mágica, y unos cuantos pesos sólo les alcanzarán para "vivir" una semana. Un muro fronterizo tampoco es la solución... ¿porqué encerrarse cuando lo que se necesita es exactamente lo opuesto?: abrirse para ayudar a quien lo necesita.

24 marzo, 2006

 
Blogger @Intimä said...

Triste vida cargada en una mochila
BEsitos.

26 marzo, 2006

 
Blogger monk said...

Me recordaste una noche que viajaba Mexicali - Tijuana (vía la rumorosa) y ví a varios internarse en la sierra ya con su mochila a cuestas... ya cuando decides cruzar TU linea personal, lo que llegue a pasar es mejor que lo que dejas atrás.

es el juego de los dados...

26 marzo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Trabajar, o morir en el intento... esa es la realidad...

27 marzo, 2006

 
Blogger Mario said...

Un problema lleva a otro problema. En éste caso, es la falta de oportunidades la que orilla a estas personas a dejar sus casas. En arriesgarlo todo...

Como ya te habras dado cuenta, por tu proyecto de tésis, la iniciativa privada hace poco por sus comunidades. Sé que hay muchos factores que entran en juego en éste problema, pero uno de ellos es el hecho de que ni el gobierno ni la Industria hace lo suficiente por inyectar fuertes inversiones sobre todo en Investigación y programas educativos que a la larga den pie al desarrollo tecnológico y con ello la generación de empleos...

Por otro lado, Estados Unidos debería seguir un modelo como el que sigue Canadá. Es un hecho que Estados Unidos necesita de migrantes para trabajar el campo y otros sectores que sus propios habitantes no están dispuestos a seguir.
Canadá contrata cada año, durante 8 meses gente de muchas poblaciones rurales en México, para que trabajen sus campos, porque hay demasiada oferta de éste trabajo. Ellos pagan el boleto de avión y el sueldo es justo el que reciben los canadienses haciendo otras actividades (a diferencia de los gringos que sobre-explotan y mal pagan a los migrantes). Entonces, para no hacertela larga, los Canadienses basicamente hacen todo legal. Buscan personas con educación básica (que sepan leer) y que no hayan cursado la preparatoria, les dan un lugar donde vivir, les pagan su boleto de avión ida y regreso, y les pagan lo justo. Aun así, es duro para quienes se vienen a trabajar estos campos, pues tienen que dejar a sus familias hasta por largos 8 meses en un país en el que a veces el clima es demasiado deprimente...
que porque Estados Unidos no lo hace así?...porque son unos convenciencieros hipócritas que siempre manejan una doble moral. les conviene dejar todo en estos terminos, porque saben que de este modo pueden explotar a la gente. Son gente que no merecen ser llamados seres humanos...Además sigue habiendo migración porque la misma gente de Estados Unidos permite que entren algunos cuantos...

En fin, este problema de migración tiene muchos matices y muchos responsables.

Un abrazo

PS. Felicidades por el aniversario de tu blog...ojala sean muchos mas!

27 marzo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Hola...
Yo vivo en un lugar donde a diario mueren emigrantes que intentan pasar a españa desde marruecos...y se de que hablas..
besos

28 marzo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Por eso cada dia me identifico que mi norte es el sur,tierras de oportunidades y grandes recursos,todos los que los norteños anhelan y quieren tomar como le de la gana.
Seamos serios,una de las mayores ofertas de trabajo para los latinos ahi son los trabajos que ellos no quieren hacer,o no?
insisto,mi norte es el sur.
Saludos desde VENEZUELA
marcos

28 marzo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

Tú los ves partir. Yo los veo llegar. A España llegan los inmigrantes subsaharianos, argelinos, marroquíes, senegaleses, congoleños... No hablo de los sudamericanos que llegan en avión, con las manos medio vacías o un frágil contrato de trabajo temporal. No.

Hablo de los que llegan en una barca, clandestinamente, tiritando de frío o sosteniendo su último hilo de vida.

No me siento culpable por estar en mi casita con mi calefacción y mi ordenador. Yo siempre he sido amable con el mundo, con la naturaleza. Si por mí fuera, desde luego, habría muchos millones más que disfrutarían de lo mismo que yo... y habría muchos muchos muchos menos aviones de combate.

Ilusiones...

28 marzo, 2006

 
Blogger Frank Morris said...

Hay muchos mejicanos lejos de sus seres queridos.

Todavia no tenga queja de ninguno

Me gustan todas las expresiones como:

Ay Cañon...!!!! o
No manches !!!!

Lastima que todos miremos para el norte, pero quizas el sur es por lo menos de mejor clima.

28 marzo, 2006

 
Blogger Mario said...

Me encontre ésta nota hace rato en un blog:

http://alan.aspuru.com/archives/2006/03/28/cesar-chavez-returns/#comments

por otro lado, una persona que lee mi blog desde Los Angesles, me comentaba sobre estas marchas. Una de estas fue en Phoenix, que fue en la que el participo...

29 marzo, 2006

 
Blogger Larissa said...

Mr Cougar: claro, abrirse s una solución, lo que pasa es que a mi parecer Estados Unidos no quiere verdaderamente un acuerdo migratorio, porque mientras siga la situación como ésta, ellos seguirán teniendo mano de obra baratísima, es una verdadera tristeza :( . . . saluditos!

Darilea: una mochila que a pesar de llevar muy pocas cosas pesa demasiado, y no por lo que hay en ella, sino por todo lo que representa, tristeza, nostalgia, necesidad… en fin, gracias por la visita :)

Monk: gracias por compartir tu experiencia, sabes para mi fue la primera vez que vi tan de cerca esta problemática, ya que tuve la oportunidad de recabar algunos testimonios y ver cara a cara a las personas que sufren este mal social, ese día me sentí realmente triste, asqueada, impotente… en fin, saluditos!

Novolatil: sip, arriesgan el todo por lo que ellos consideran el todo, triste realidad, saludos y gracias por la visita :)

Solo viento y luna: aish amiga es lo que quisiera saber, qué hacer, cómo ayudar, y no sentirme tan egoísta, no lo sé . . .

Mario: gracias por tu opinión, siempre aportas datos muy interesantes :) ya había escuchado algo acerca del modelo que mencionas, el que aplica Canadá para llevar mano de obra, tengo entendido que Estados Unidos hizo algo similar hace algunos años, pero nunca pagó por completo el trabajo que realizaron los braseros, estos se regresaron a México y ahí se acabó la historia, lo que creo es lo que bien señalas tú, que Estados Unidos no tiene la menor intención de resolver el problema, tienen quién trabaje sus campos, mano de obra baratísima, es una verdadera pena que sucedan cosas así, como a lo largo de la historia, el abuso del poder, en fin… gracias por la felicitación, un beso!

Donosito: sip, mi país no es el único que sufre este problema, sólo que hay unos países que expulsan y otros que los reciben, en el caso de España o Francia, reciben cientos de migrantes africanos y latinoamericanos, desgraciadamente es un problema global.

Marcos: claro, me atrevo a afirmar que los trabajos que realizan los migrantes en Estados Unidos son trabajos que los estadounidenses rechazan hacer, gracias por la visita, saludos!

Monocamy: sipi, sé un poco de la problemática que vive España en cuanto a migración, sabes, a veces me siento un poco culpable o egoísta quizás, al ignorar o no poder hacer algo para contribuir a las soluciones de muchos de los problemas que aquejan al mundo, pero como dices tú, si por mi fuera también quisiera que todas las personas del mundo dejaran de sufrir y tuvieran una vida cómoda, feliz… que las guerras existieran sólo en los libros de historia y los aviones de combate como un recuerdo distante, ilusiones como bien dices tú, saludos :)

Schlecter: expresiones, para eso somos buenos jajajaja saludos!

Mario: algo al respecto vi anoche y hoy por tv, y como dice la persona del link que me pasas, es increíble la cantidad de indocumentados, 10 millones! el dato que llama mi atención, el 28 % de la población de California es indocumentado! Gracias por la info, saludos!

29 marzo, 2006

 
Anonymous Anónimo said...

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02 marzo, 2007

 
Anonymous Anónimo said...

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26 abril, 2007

 

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