Mi bebé

Hoy me desperté con ganas de escribir, escribí y escribí, pero cuando leí lo que había escrito me di cuenta que destilaba miel, tanto que hasta a mi me empalagó guak así que me parecía un crimen publicarlo junto a todos estos posts que en su mayoría han sido así, ya los publicaré después, además hoy tengo ganas de hablar de mi bebé...

En junio del año pasado una de mis tías favoritas nos regaló a mi prima y a mi un lindo bebé, era por aquellos meses tan pequeño e indefenso (jamás pensé que tan pronto se convertiría en todo un adolescente y mucho menos en adulto sniff). Era tan pequeñito, pequeñito y algo escuálido que parecía que al menor paso caería de sus cuatro patas que temblaban como si tuviera mucho frío o demasiado miedo. Su pelo era blanco como la nieve y suave como el algodón. Fue amor a primera vista, me cautivaron aquellos enormes ojos azules y desde entonces me perdí en su mirada.

Cuando lo trajimos a casa se escondía en cada rincón, no se acostumbraba aún a haber sido separado de su madre biológica, aún no sabía cuánto amor le darían sus nuevas mamás (porque claro lo tengo que compartir con mi prima), yo andaba loca, que si buscando el plato perfecto para él, un collar que fuese adecuado a su personalidad (por supuesto que el color elegido fue Blue) o buscando los juguetes más atractivos, todo para que mi bebé fuera feliz.

Su lugar preferido para dormir era mi almohada, entre mi cabello y mi cuello, yo como toda madre consentidora se lo permití, a pesar de los regaños de todo aquel que se enteraba... que me podía quedar estéril, que era un animal y por tanto estaba sucio, que debía dormir en otra parte bla bla bla por supuesto que no les hice caso, estaba tan encariñada y suponía para mi una novedad, ya que de pequeña lo más parecido que tuve a una mascota fue un hámster, porque mi madre nunca ha sido muy afecta a los animales en casa, ahh y aquel perro de peluche y baterías que daba vueltas como loco.

Los días pasaron y mi bebé crecía más y más, compartimos tantas cosas, su primer baño, su primera visita al veterinario, sus juegos con mis zapatos (que en verdad no me causaban mucha gracia) y aquellas veces que me exigía jugar con él andando detrás de mi con su incansable miau miau...

Llegaron las vacaciones de invierno y regresé a Sinaloa con mi familia a pasar las fiestas, tuve que dejar a mi bebé con mi prima, ella se quedaría en Hermosillo y por tanto cuidaría de él. Lo extrañé mucho, pero cuando regresé ohhh sorpresa, mi prima no me había querido decir nada por Internet ni mucho menos por teléfono, mi bebé ya no era tal, había salido de juerga por primera vez, era todo un adolescente sniff sniff ya no quería pasar tiempo en casa, en ocasiones se perdía hasta por dos días, había crecido. Ya no quería dormir en mi cama ni mucho menos jugar conmigo, la terrible adolescencia...

Pero los días no se detuvieron ahí y el tiempo siguió su curso, hoy tal parece que está mucho más calmado, los días de juerga son menos y de vez en cuando busca que su mami lo consienta, incluso algunas noches cuando volteo a mi lado ahí esta él, durmiendo tranquilamente.

Mi bebé ha crecido... sniff sniff

Mi bebé