Era una fresca noche de principios de Octubre, que poco común resultaba ya ver esa imagen, se encontraba absorta en sus pensamientos y con la mirada fija en la lejanía, algunas estrellas titilaban sobre el firmamento mientras en su interior y sin saber por qué, iba creciendo una fuerte desesperación...
- Es íncreible cómo pasa el tiempo, cuanto cambian las cosas - pensó, llevándose una vez más a sus temblorosos labios aquel sabor, dio una larga bocanada y retuvo el humo por un momento en su interior, al soltarlo cerró los ojos,
había algo que no lograba dejarla en paz, su mente era un inestable torrente de ideas sin control, de recuerdos, de sueños y cada vez más, un poco menos de ilusión. Cuánto había cambiado, que distinta era ya a aquella niña de grandes ojos negros que noche tras noche solía contemplar la luna desde aquel hermoso jardín, cuánto añoraba tener al menos un minuto más de aquella paz que brinda la inocencia, cuanto necesitaba al menos una pizca de aquella ilusión que solía tener, de aquellas inmensas ganas por vivir, de aquella que solía ser.
A medida que el tiempo pasaba lo hacía también el sentido de las cosas, se encontraba perdida, había olvidado cada vez un poco más aquello que tanto quería, ya no lo sabía, no más... y era esto lo que la mataba, tantos años segura, tantos años... y ahora? ahora no sabía nada...
Un vacío inmenso llenaba su interior, levantó su mirada una vez más hacía ese cielo estrellado que años atrás solía tener todas las respuesta, pero ahora no lograba descifrarlo, sólo podía ver una inmensa mancha de nada, quería llorar pero las lágrimas no salían, quería ahogarse en un grito pero la voz se había congelado en su garganta, quería... quería sentirse libre una vez más... quería recobrar su libertad, como siempre había soñado, quería extender sus alas y volar, qué la retenia?
Un profundo suspiro salió de sus labios, cerro los ojos y respiró una vez más, "la respuesta se encuentra en tu interior"... abrió sus grandes ojos negros, una luz brillaba en su interior...
