Otro "hasta pronto"...
Ha llegado la hora, paso un poco de saliva intentando mitigar el nudo que se me ha formado en la garganta, no me sirve de nada, doy un último vistazo a mi habitación, la cama impecablemente hecha, algunos adornos sobre el tocador perfectamente acomodados, a mi manera, como a mi me gusta, el closet cerrado y muchos libros apilados en la mesita de la esquina, mis maletas en el suelo, veo mi reflejo en aquel espejo, aquel al que tantas cosas le confié hablando conmigo misma, me encuentro ausente…
‘Larissa estás lista?’ escucho desde el pasillo, tomo mis maletas sin pensar, avanzo dejando suspiros por un corredor que ahora siento se va haciendo chico, llego a la puerta ‘no veas hacia atrás’ me digo a mi misma ‘no veas’ es imposible, giro y me doy cuenta que una vez más me encamino hacia mi futuro, mi vida… salgo a la cochera, la cajuela espera por mis cosas mientras mi papá enciende el auto, mis piernas se sienten débiles, eso no importa y cargo las maletas en el portaequipajes, el golpe al cerrarlo me devuelve a la realidad…
‘Voy a despedirme de mi tía’ le digo a mi papá, mi tía Chepita es nuestra vecina, lo ha sido desde que tengo memoria, cruzo el portal, ‘tía?...’ ella sabe que he ido a despedirme ‘mi niña… ya es hora?’, ‘si tía…’ la abrazo fuertemente, sus ojos se nublan y los míos también ‘no tía, no me hagas esto, no llores que lloro, no por favor’ – pienso – después de los cuídate mucho y saludos a todos, y de los ojos llenos de lágrimas a la fuerza contenidas, me alejo, esta vez volteando hacia donde ella está y regalándole una sonrisa que dice ‘nos vemos pronto’. Nunca me han gustado las despedidas…
Mi papi ha sacado el carro de la cochera, en la puerta está Ivelisse, mi hermana, ‘no vas?’ le pregunto, ‘no, tengo algunas cosas que hacer…’ ‘mmm esta bien…’ me acerco a ella y nos despedimos, subo al carro, éste avanza, mientras me coloco el cinturón de seguridad alcanzo a ver por el retrovisor mi casa, haciéndose cada vez más chica, hasta quedar oculta tras unos árboles y bardas.
Salimos por las calles conocidas, aquellas de dónde tengo tantos recuerdos, por donde caminé tantas veces y las primeras que me vieron conducir, hace ya muchos años. Salimos pronto a carretera dejando atrás infinidad de vivencias, algunos familiares, muchos amigos, montones de sonrisas, de lágrimas, de alegrías y de tristezas, parte de mi vida queda atrás, y son tantas cosas que no caben en mis maletas… hace tres años que sigo viviendo estas despedidas y no cambian en absoluto, creo que jamás me acostumbraré a ellas…
Vamos a la ciudad de Guamúchil, mi hermana Ma Fer llegará esta tarde de Hermosillo y yo parto a la misma ciudad, ella llega, yo me voy… no hay demasiado tráfico, avanzamos por aquella carretera angosta que conozco de memoria, pronto estamos entre parcelas de cultivo y frente a nosotros se abre un inmenso cielo de color azul claro, mi padre esta callado, su semblante es pensativo, triste, como siempre que tiene que verme partir, nunca lo he aceptado, quizás la gente tenga razón, quizás soy la niña de papá… me duele dejarlo, pero la vida es así, además no es un adiós definitivo, volveré, como siempre…
Adoro ese camino, me encanta el paisaje, quisiera sentir el aire tocando mi cara, meciendo mi cabello, pero es el aire acondicionado el que hela mi piel, mi padre esta muy serio, sólo se escucha la música muy bajita, como a él le gusta… miro los cerros y aquellos cultivos que nunca supe diferenciar a pesar de crecer en un estado donde la agricultura es algo básico (Sinaloa) será que soy algo despistada, aunque no es extraño, tampoco soy muy afecta a la música de banda, típica del lugar jajajaja sin embargo, eso no impide que me sienta parte de esta región, a pesar de no serlo de nacimiento, lo soy de corazón.
Cuánta nostalgia y unas pocas frases salidas de nuestros labios… no conversamos mucho, sólo unas cuantas palabras, en un momento, sin pensarlo demasiado le digo ‘vaya, lo que es la vida, todo pasa, todo cambia’ sólo me contesta ‘así es mijita, no hay más qué hacer…’ después de unos minutos llegamos a Guamúchil, el autobús de mi hermana acaba de llegar, ella nos espera, la saludamos y hablamos un poco mientras compro mi boleto, tendré que esperar varios minutos…
Mi papi y mi hermana me acompañan un rato, pero es hora de que se vayan, no quieren llegar muy tarde a casa, además faltan sólo unos cuantos minutos para que yo parta. No, definitivamente las despedidas no son de mi agrado, me despido de mi hermana, después de mi padre, ‘no llores Larissa, no llores’ me digo a mi misma ‘comportate como grande’ no lo puedo evitar, sigo siendo la niña jugando a ser mujer, a tener un temple de hierro, pero no puedo, me aferro al abrazo de papá mientras las lagrimas corren por mis mejillas, esta vez sólo fueron un par, las demás he logrado contenerlas, ‘cuidate mucho mi niña, te quiero!’ besos y abrazos, un hasta pronto, suben al auto y dicen adiós, los veo alejarse, mi corazón se parte en pedacitos, algunos se van con ellos, otros me los quedo yo.
Veo mi reflejo en la pared de cristal, un torbellino de emociones se agolpa en mi pecho, me siento triste, pero a la vez feliz, siento inmensa añoranza pero a la vez una incertidumbre agradable, sé que me espera un futuro maravilloso, confío en ello, tanta gente y tantos lugares por conocer, nuevas e increíbles experiencias por vivir en una vida que se abre frente a mi, pero por qué duele tanto dejar atrás los recuerdos… no lo sé, por ahora no quiero pensarlo… me quedo con ellos, quizás no caben en mis maletas, pero si en mi mente y corazón…
Pd.- ya estoy en hermosillo :D salgo al DF este sábado, estaré en tierras aztecas antes del mediodía, espero que el famoso Verano de la Investigación me dé tiempo para poder reportarme seguido, saludos a todos, que estén bien! muaks!
‘Larissa estás lista?’ escucho desde el pasillo, tomo mis maletas sin pensar, avanzo dejando suspiros por un corredor que ahora siento se va haciendo chico, llego a la puerta ‘no veas hacia atrás’ me digo a mi misma ‘no veas’ es imposible, giro y me doy cuenta que una vez más me encamino hacia mi futuro, mi vida… salgo a la cochera, la cajuela espera por mis cosas mientras mi papá enciende el auto, mis piernas se sienten débiles, eso no importa y cargo las maletas en el portaequipajes, el golpe al cerrarlo me devuelve a la realidad…
‘Voy a despedirme de mi tía’ le digo a mi papá, mi tía Chepita es nuestra vecina, lo ha sido desde que tengo memoria, cruzo el portal, ‘tía?...’ ella sabe que he ido a despedirme ‘mi niña… ya es hora?’, ‘si tía…’ la abrazo fuertemente, sus ojos se nublan y los míos también ‘no tía, no me hagas esto, no llores que lloro, no por favor’ – pienso – después de los cuídate mucho y saludos a todos, y de los ojos llenos de lágrimas a la fuerza contenidas, me alejo, esta vez volteando hacia donde ella está y regalándole una sonrisa que dice ‘nos vemos pronto’. Nunca me han gustado las despedidas…
Mi papi ha sacado el carro de la cochera, en la puerta está Ivelisse, mi hermana, ‘no vas?’ le pregunto, ‘no, tengo algunas cosas que hacer…’ ‘mmm esta bien…’ me acerco a ella y nos despedimos, subo al carro, éste avanza, mientras me coloco el cinturón de seguridad alcanzo a ver por el retrovisor mi casa, haciéndose cada vez más chica, hasta quedar oculta tras unos árboles y bardas.
Salimos por las calles conocidas, aquellas de dónde tengo tantos recuerdos, por donde caminé tantas veces y las primeras que me vieron conducir, hace ya muchos años. Salimos pronto a carretera dejando atrás infinidad de vivencias, algunos familiares, muchos amigos, montones de sonrisas, de lágrimas, de alegrías y de tristezas, parte de mi vida queda atrás, y son tantas cosas que no caben en mis maletas… hace tres años que sigo viviendo estas despedidas y no cambian en absoluto, creo que jamás me acostumbraré a ellas…
Vamos a la ciudad de Guamúchil, mi hermana Ma Fer llegará esta tarde de Hermosillo y yo parto a la misma ciudad, ella llega, yo me voy… no hay demasiado tráfico, avanzamos por aquella carretera angosta que conozco de memoria, pronto estamos entre parcelas de cultivo y frente a nosotros se abre un inmenso cielo de color azul claro, mi padre esta callado, su semblante es pensativo, triste, como siempre que tiene que verme partir, nunca lo he aceptado, quizás la gente tenga razón, quizás soy la niña de papá… me duele dejarlo, pero la vida es así, además no es un adiós definitivo, volveré, como siempre…
Adoro ese camino, me encanta el paisaje, quisiera sentir el aire tocando mi cara, meciendo mi cabello, pero es el aire acondicionado el que hela mi piel, mi padre esta muy serio, sólo se escucha la música muy bajita, como a él le gusta… miro los cerros y aquellos cultivos que nunca supe diferenciar a pesar de crecer en un estado donde la agricultura es algo básico (Sinaloa) será que soy algo despistada, aunque no es extraño, tampoco soy muy afecta a la música de banda, típica del lugar jajajaja sin embargo, eso no impide que me sienta parte de esta región, a pesar de no serlo de nacimiento, lo soy de corazón.
Cuánta nostalgia y unas pocas frases salidas de nuestros labios… no conversamos mucho, sólo unas cuantas palabras, en un momento, sin pensarlo demasiado le digo ‘vaya, lo que es la vida, todo pasa, todo cambia’ sólo me contesta ‘así es mijita, no hay más qué hacer…’ después de unos minutos llegamos a Guamúchil, el autobús de mi hermana acaba de llegar, ella nos espera, la saludamos y hablamos un poco mientras compro mi boleto, tendré que esperar varios minutos…
Mi papi y mi hermana me acompañan un rato, pero es hora de que se vayan, no quieren llegar muy tarde a casa, además faltan sólo unos cuantos minutos para que yo parta. No, definitivamente las despedidas no son de mi agrado, me despido de mi hermana, después de mi padre, ‘no llores Larissa, no llores’ me digo a mi misma ‘comportate como grande’ no lo puedo evitar, sigo siendo la niña jugando a ser mujer, a tener un temple de hierro, pero no puedo, me aferro al abrazo de papá mientras las lagrimas corren por mis mejillas, esta vez sólo fueron un par, las demás he logrado contenerlas, ‘cuidate mucho mi niña, te quiero!’ besos y abrazos, un hasta pronto, suben al auto y dicen adiós, los veo alejarse, mi corazón se parte en pedacitos, algunos se van con ellos, otros me los quedo yo.
Veo mi reflejo en la pared de cristal, un torbellino de emociones se agolpa en mi pecho, me siento triste, pero a la vez feliz, siento inmensa añoranza pero a la vez una incertidumbre agradable, sé que me espera un futuro maravilloso, confío en ello, tanta gente y tantos lugares por conocer, nuevas e increíbles experiencias por vivir en una vida que se abre frente a mi, pero por qué duele tanto dejar atrás los recuerdos… no lo sé, por ahora no quiero pensarlo… me quedo con ellos, quizás no caben en mis maletas, pero si en mi mente y corazón…
Pd.- ya estoy en hermosillo :D salgo al DF este sábado, estaré en tierras aztecas antes del mediodía, espero que el famoso Verano de la Investigación me dé tiempo para poder reportarme seguido, saludos a todos, que estén bien! muaks!