una tarde cualquiera
Salí de mi clase de la tarde un poco antes de la hora fija, faltaban aún algunos minutos para las 7:00, me despedí de mis amigas y me encaminé a la parada de camión, me encanta caminar por las tardes en mi ciudad. . . cuando el atardecer pinta de colores el cielo y éste parece arder con los últimos rayos del sol. Los cerros tan característicos de este lugar se ven preciosos en sus tonalidades verdosas y azules, cómo extrañaba este paisaje! . . . a pesar del intenso calor que había hecho a lo largo del día, ahora corría un viento muy agradable, qué hermosa sensación de libertad cuando el viento mece mi cabello y acaricia mi piel, me siento parte de una de esas películas donde las imágenes se observan en cámara lenta. . . me olvido de los agobios y del estrés. . . sólo estamos el viento, el sol y yo. . . de repente nubes que minutos antes no había visto empezaban a cubrir mi cabeza, no parecían de lluvia, sin embargo, increíble! lluvia en Hermosillo! sonreí, no lo podía creer, era una escena preciosa, el sol en todo su esplendor, en un intenso color rojizo, de fuego, las nubes en un color beige entremezclado con dorado, el ambiente con destellos luminosos, gotas de lluvia mojando mi piel. . . el autobús llegó, el trayecto fue corto. . . cuando llegue a mi casa y caminé algunas calles, el sol seguía brillando mientras algunas gotas caían, las nubes se veían aún más bonitas que antes, todo aquello parecía parte de una pintura, no lo pude evitar, detuve mi camino y gire sobre mis pies para observar mejor todo aquel espectáculo, sorpresa! el arcoiris más bonito que he visto jamás! sus colores eran realmente intensos y cruzaba una distancia enorme, hasta perderse de mi vista. . . que felicidad dejarse sorprender por cosas tan sencillas, que felicidad darme cuenta que en parte aún soy una niña, que felicidad sentirme así, vaya, feliz. . .
PD.- gracias por ayudarme a ver el mundo más lindo!